martes, 30 de diciembre de 2014

Navidad del Burro - Cena navideña (en miniatura...)

Antes que nada, quiero desear una feliz navidad a todos, un poco tarde, pero estos días son muy locos para mí. 

Puedo decir, sin temor a equivocarme, que esta ha sido una de las navidades más tranquilas que he vivido; pude pasar los días sin tanto estrés por los horarios, por los compromisos y por tantas cosas que enloquecen en esta época. Los regalos que había que comprar, se compraron en noviembre, la cena fue improvisada y decidimos pasarla en casa, como Dios manda. 

También tuvimos tiempo para arriesgar el pellejo, pues nos fuimos al River View Park de Cosmocentro, a $2.000 la entrada y con tarjetas recargables de $50.000 pesos. Fue una completa locura, una negación total del instinto de supervivencia, pero gritamos tanto que ahí se quedaron las tensiones. Y a pesar de todo, hubo regalos. Sin más preámbulos, les muestro mi regalo de navidad, cortesía de mis suegros, Don Ricardo y Doña Olga: 

Parece solo un montón de hojas de plátano...
pero al abrirlas... 
...aparece una suculenta pava cocida, aromática y tierna... 
Con este y otras arandelas, nos jalamos una mini-cena navideña de alta velocidad: 




FELIZ NAVIDAD!!!!!!!!

El vino fue un DADA de la Finca Las Moras, delicioso… único. En Dislicores nos dijeron que tenía “notas a vanilla”, por eso lo elegimos y nos sorprendimos gratamente al descubrir que era cierto, la vainilla predominaba y le daba al vino un toque super especial que lo convierte en uno de los recomendados del Burro. Este vino es un Bonarda-Malbec de $27.700 en Dislicores. Vayan y pruébenlo!!!!



Tabaco y Ron - El ultimo del año: Romeo y Julieta "Romeo No. 1"

Un ultimo capricho para despedir el 2014: un Romeo No. 1, traído por mi concuñada desde Cuba, concretamente de una playa. Esto significa que no es un producto "legal", pero que sigue siendo tan cubano como los otros... quizás un poco más. Me explico: este producto es ese salvavidas de aquellos cubanos que tienen que rebuscarse el sustento, de la misma manera que hacemos muchos. Deben hurtar las vitolas (o anillas), los estuches y el cedro para poder replicar los habanos en la clandestinidad, para luego salir a venderlos en las playas. 

Este No.1 fue vendido por un sonriente salvavidas, y traído en la maleta sin ningún problema. 

No es que valore la piratería, pero tratándose de Cuba no me importa mucho. En cuanto al producto, se nota una falta de calidad en cuanto al torcido, pero la hoja es correcta,  pero el sabor es delicioso, y la hoja de la perilla no estaba mal terminada. 


Una cosa que me preocupaba -y que casi siempre sucede con los "piratas"- era la tripa, que muchas veces es picadura, en lugar de hojas largas, pero en este ejemplar tuve la suerte de gozar de una tripa de calidad. En cuanto al corte de la cabeza, sin problemas... no tengo cortador, así que le pasé el X-Acto y listo (acabo de escuchar algunos gritos en mi mente...). El encendido, sin líos, con tres fósforos de madera. 


Y el sabor, delicioso, buen tabaco. El mejor según mi modesto paladar. Aquí va la secuencia de su muerte: 



 
Y aquí estoy yo, degustandolo junto con un "Cabo de la Vela"
 que preparó mi mujer...
 ¡Buenos humos!

¡Cumpleaños del Burro!


Ya es tarde para esta entrada, porque mi cumpleaños fue el 9 de diciembre. Sin embargo, quiero inmortalizar la cena que preparamos con mi mujer: unos filetes de atún rojo con langostinos, ceviche de camarones, ensalada navideña y soufflé de papa –según Sor Lucia del Canal Cocina– y un espectacular vino JP Chenet en su versión “ICE”, un espumoso muy curioso, porque hay que servirlo con hielo… 

Aquí lo muestro, el "ICE Edition" de la marca francesa. Lo metimos en el congelador por casi una hora, sacamos y descorchamos para dejarlo descansar un ratito, luego añadimos hielo y lo probamos. ¿El resultado? Delicioso, curioso, pero me parece que innecesario... 




Esta es la ensalada: palmitos, lechuga, rúgula, arándanos, aceitunas, tomates cherry y rábanos. 


Este es el soufflé de papa, según la receta de Sor Lucía, explicada en el Canal Gourmet.com: 


Y este es mi regalo de cumpleaños: un filetote de atún rojo, que decoramos con langostinos en salsa: 



 Así quedó la mesa:



¿Qué más puedo decir? Pues nada, ¡Feliz Cumpleaños a mí!









La Cocina del Burro – Cheesecake de maracuyá (la revancha…)

¡Ahora sí! Despues de unas semanas, decidí hacer el cheesecake al derecho, con la receta correcta. No voy a escribir todo el procedimiento, sino que me limitaré a listar la receta según la revista Semana Cocina:

2 tazas de galletas trituradas tipo Graham
100 gramos de mantequilla derretida
1 taza de azúcar y dos cucharadas para la base de galletas (aquí va toda la que necesitarán en distintas fases de la receta)
700 gramos de queso crema 
1 cucharadita de vainilla
2 yemas
2 huevos
½ taza de crema de leche 
El jugo de dos maracuyás y la pulpa de uno 

El procedimiento es el mismo que en la receta mencionada en la entrada "La Cocina del Burro - Cheesecake cremoso (serendipítico...)", pero la diferencia radica en el final, donde hacemos una gelatina con el jugo de dos maracuyás y la pulpa de otro… aquí van las fotos: 


 




martes, 9 de diciembre de 2014

La Cocina del Burro - Súper Tabla de Equivalencias culinarias

Descárguenlo aqui!!!

La cocina es uno de mis hobbies predilectos, pero como todo hobby, requiere de ciertos conocimientos que suelen ser confusos. ¿A cuánto equivale una taza de harina? ¿Cuánto debo cocinar un huevo de gallina para que quede duro? ¿Qué tanto debo dejar en el horno un lomo de res?  Hoy por hoy, las equivalencias culinarias ya no son un misterio, basta con abrir el laptop y buscarlas, o deslizar el dedo por la pantalla del celular para investigar y resolver las dudas fácilmente. Sin embargo, cuando tienes las manos llenas de harina, masa o aceite, da un poco de repelús tocar tu sagrado celular o tu inmaculado compu, ¿no es cierto? Bueno, pues para solucionar este problema, les traigo la súper tabla de equivalencias culinarias del Taller del Burro. Se trata de una herramienta para los que empiezan a cogerle cariño a la cocina y para los que buscan respuestas y soluciones rápidas. La logré después de mucho voltear por internet, y luego de formularme esta cuestión: ¿Qué es lo que uno más pregunta cuando sigue recetas?



En fin, el archivo es un PDF que deben imprimir en tamaño carta (letter), ojalá a full color en impresora laser. Luego lo doblan a la mitad, empatando bien las esquinas, eliminan los bordes con bisturí, lo llevan a una papelería para que lo laminen y listo.



Obviamente, la tabla se somete a discusiones, opiniones, sugerencias, anotaciones y modificaciones. Cualquier comentario que tengan, ¡bienvenido sea!

lunes, 1 de diciembre de 2014

La Cava del Burro - Preparándome para diciembre

Se acerca diciembre, y mi cava parece una duna en medio del Sahara… así que tocaba surtirla. Decidí salirme de mi clásico Carménère y elegir otras cepas, para darle más color y sabor a las fiestas decembrinas. 

Y por supuesto, me fui a Dislicores, en el Barrio Granada de Cali, para adquirir mi combustible. Lo recomiendo por tres razones clarísimas: el conocimiento de sus vendedores, te invitan a cavas de vez en cuando y el precio. Créanme que ahí compran más barato que en los almacenes de cadena. Para una muestra: el Zacapa de 15 años me costó casi diez mil pesos menos que en un supermercado. 

Escogí una de las novedades de JP CHENET, un blanco versión “ICE”, que más o menos quiere decir que lo sirves helado y le añades un par de cubos de hielo… pienso comerme un buen atún para mi cumpleaños, y ensayarlo a ver cómo se comporta. 

La otra novedad fue un Ron Zacapa de 15 años, que hasta ahora me atrevo a degustar. Ya les contaré… 

Estas son mis botellas:


JP CHENET Blanco ICE Edition: $31.400
DADA (Bonarda-Malbec): $27.700
Antaño Crianza: $26.900
Las Moras (Bonarda): $22.000
Astica (Merlot-Malbec): $19.300
Ron Zacapa 15 años: 77.500
Total: $204.800

El dato: Dislicores queda en el Barrio Granada, Avenida Novena #20-01.






lunes, 24 de noviembre de 2014

La Cocina del Burro - Cheesecake cremoso (serendipítico...)

Serendipia es el hallazgo inesperado –pero afortunado de algo cuando en realidad se buscaba otra cosa. En este caso, encontramos un cheesecake ESPECTACULAR cuando en realidad intentábamos lograr un Cheesecake de Maracuyá según la revista Semana Cocina. 

Todo comenzó durante la mise en place, estábamos organizando los ingrediente y analizando la receta, pero por alguna razón, a mí se me quedó en la cabeza que era una taza de crema de leche… no media, como indicaba la receta. Ese fue el error inesperado, pero también cometimos otro, este sí a propósito: aumentamos la cantidad de queso crema de 700 a 800 gramos. La razón no fue otra que no desperdiciar queso crema, porque los tarros vienen de 400 cada uno. 

Con esos dos “errores” pensamos que la teníamos perdida, pero no fue así. El resultado fue una delicia cremosa, con el dulzor preciso y una textura inigualable. La roñosa de mi mujer sigue pensando en hacer el cheesecake “de verdad”, y no la culpo, pero este, con embarrada y todo, se ha convertido en uno de mis favoritos. 

Aquí va la receta con los errores:
2 tazas de galletas trituradas tipo Graham
100 gramos de mantequilla derretida
1 taza de azúcar y dos cucharadas para la base de galletas (aquí va toda la que necesitarán en distintas fases de la receta)
800 gramos de queso crema (la de verdad lleva 700 gr)
1 cucharadita de vainilla
2 yemas
2 huevos
1 taza de crema de leche ( la de verdad lleva media…)
Y nada más. El original lleva maracuyá, pero esta versión no, porque decidimos probarla después de caer en cuenta de la falla… y decidimos que así se quedará para siempre. 



Aquí van los costos: 
Queso crema Colanta de 400 gr: $5.200
2 Yemas: $600
2 Huevos: $600
Galletas marías… no tengo el precio. Encontramos una caja en nuestra alacena y la usamos… prometo poner el precio cuando ponga la receta original. 
Margarina La Fina de 125 gr: $1.400
Azúcar moreno Incauca de 1 kg: 2.100 (por supuesto no se usa toda…)
Vainilla
Crema de Leche Nestle Duopack de 186 gr: $3.650 (y queda haciendo falta un poquito…).

Bien, comencemos… 
Antes de nada, precalentamos horno a 180°C o 350°F. 
Lo primero es preparar el molde. Para ello, derretimos la mantequilla en un cazo, procesamos las galletas marujas junto con dos cucharadas de azúcar y luego unimos todo en el molde, que ojalá sea desarmable. Toca pavimentarlo bien, sin dejar zonas más espesas que otras. Échenle ingeniería al asunto. Luego lo dejamos por ahí descansando. 




Estas cuatro imágenes muestran el proceso de preparación
del molde: galletas procesadas, adición de la mantequilla
directamente sobre ellas en el molde y armado del piso.
El molde a la espera del relleno...

Ahora vamos con el relleno. Todavía no tengo batidora… así que toca manualmente. Ni modo. Con el batidor desmontamos los quesos y los ablandamos lo mejor que podamos. Mezclamos con el azúcar y la vainilla.


Luego van las yemas, una por una. Paciencia. 


Luego van los huevos enteros, uno por uno. Afortunadamente, ellos hacen que la masa ablande mucho. 


Aquí ya ha soltado bastante, solo falta añadir la crema y tendremos una mezcla sedosa muy agradable a la vista. 



Vertemos la mezcla sobre el molde con las galletas.




Cubrimos con un papel aluminio y llevamos a horno por una hora.



Este es el resultado, un cheesecake con buena cara. Sin embargo, aquí notamos que el postre no “bajó”, como debería ser un cheesecake. 


A continuación, relato lo que sucedió: 

-Astrid: ¿Qué pasó?
-Andrés: Ni idea… hicimos todo correctamente…
-Astrid: Sí, pero no bajó… tan raro… 
-Andrés (con cara de científico): Debe ser porque aumentamos la cantidad de queso… 
-Astrid: Mmm… ¿y le echaste media taza de crema como decía la receta?
-Andrés: ¿Qué…?
-Astrid: Que si le echaste media taza de crema como decía la receta…
-Andrés: Pues claro que sí –y piensa: “¿para qué me pregunta pendejadas?”.
-Astrid (con cara de coronela): Mmm… ve y trae el libro de recetas, así buscamos otro cheesecake y vemos cuanta crema le echan… 
Andres obedece y va en busca de la “biblia” de la casa, donde hay otro cheesecake que se comportó bien. Pero en su cabeza resuena esa pregunta: “¿Le echaste media taza de crema como decía la receta?”, y así, con cara de bobo, se detiene y reconoce que la ha embarrado totalmente. Regresa cabizbajo y reconoce el error. Astrid se contiene lo mejor que puede y no le suelta el merecido coscorrón, afortunadamente. 
Ambos observan entristecidos el nefasto resultado de la receta, y recuerdan ese principio básico que dicta que “en pastelería, hay que respetar las cantidades, de lo contrario no te sale…”. 
Pero, al final de todo el ejercicio, cortan dos trozos del mutante que han logrado y con rostros iluminados comprenden que han descubierto un diamante en bruto, un cisne de lo que fue un patito espantoso. 
Ahí lo tienen, mis amigos, fruto de un desliz…