lunes, 11 de mayo de 2015

Chocolates artesanales de “51° de azúcar”

Me gusta todo lo que lleve la etiqueta “artesanal”. Es mi debilidad. No importa si es cerveza, pan, vino, o chocolates. Si es artesanal, siempre es mejor. ¿Por qué? Bueno, pues creo que hay varias respuestas. 

Podríamos hablar de ingredientes seleccionados, técnicas misteriosas, mañas brujeriles del artesano… pero lo bueno de las cosas artesanales, es que están hechas por gente feliz, por cocineros ilusionados que no le ponen solo técnica e ingredientes fabulosos, sino montones descomunales de amor. 

Eso es lo que me encontré en estos bombones de chocolate blanco rellenos: amor a raudales. 

Vamos con la presentación… 

Me los entregaron en una caja de acetato sencilla, la misma en la que pondrías un sándwich o una ensalada de papa. Primera buena señal, porque no me dejo sorprender con los empaques fabulosos. La caja tiene el logo de la marca, un sticker para regalarlo y una cinta. Nada estrafalario, nada complicado. Como tiene que ser. 

El compromiso de un empaque sencillo es que el contenido sea épico. Así que vamos con los bombones mismos. Como pueden ver, están moldeados de la forma clásica, en este caso como flores y corazones. Las flores estaban rellenas con crema de maracuyá y los corazones con crema de hierbabuena -el sabor lo describo dentro de unos párrafos-. Venían pintados con tinte de cobre, bastante llamativo por cierto. Algunos están desprolijos, pero debo admitir que fue por mi culpa, porque metí el paquete en mi morral… y me olvidé que lo llevaba ahí… Lo siento. 


En resumen, bombones bien presentados, de exquisito aroma y que auguraban un delicioso sabor. 

Debo hacer  una confesión: estos chocolates eran para mi madre… por aquello del magno día de las madres y todo eso… pero no fui capaz de quedarme sin probarlos. Así que los saqué de la caja, los emplaté lo mejor que pude y me pregunté si a una copa de Oporto le gustaría maridar con ellos. En este caso, las copas son de un “Valdouro” Ruby que siempre tenemos para los postres. 

Si una copa de oporto no se aguanta un chocolate, entonces el chocolate es el malo. En este caso, la delicadeza del chocolate blanco, sumada a los rellenos ácidos del maracuyá y la hierbabuena, resultaron en una combinación magistral. El chocolate se derrite en la boca y el relleno explota con oleadas de sabor. Magistral, no hay otra palabra…

O sí la hay: artesanal. Como tiene que ser. 

En conclusión, se trata de dulces recomendadisimos, ideales para regalar o para demostrarnos a nosotros mismos que somos seres egoístas y miserables, porque en mi caso, soy muy duro para compartir chocolate… ni siquiera fui capaz de darle a mi madre. ¿Ya dije que soy mala persona? 

 En fin, para conseguir estas joyas de la chocolatería pueden contactar a Maria Eugenia Saldarriaga, en el celular 313-7195891. ¿En dónde? En Cali, por supuesto!!!


jueves, 19 de febrero de 2015

Mi segundo libro: LOS SECRETOS DE OLD CAP - McLelland

Hola a todos… con orgullo presento mi segundo libro publicado: “Los Secretos de Old Cap – McLelland”:






Esta vez decidí publicar en formato eBook, olvidándome por ahora de la publicación tradicional en papel. ¿Por qué? Bueno, porque la primera vez me pareció muy estresante, y ahora sentí más control sobre todo el proceso.
El resultado es sumamente satisfactorio, el libro queda disponible a un precio ridículo (US$ 0,99) y disponible para cualquier plataforma, sea Windows, Android o iOS.

¿De qué se trata? Bueno, es un libro donde el protagonista es el pueblo de Old Cap, un lugar tranquilo y exclusivo al norte de Boston, Massachusetts. Es una especie de república independiente de ricachones, que lo usan para escapar de la agitada ciudad de Boston. Sin embargo, Lygia Lelland, una bellísima pelinegra, acaba de heredar una de las propiedades emblemáticas del pueblo: La mansión de McLelland, que se caía a pedazos hasta que ella decidió restaurarla. No todo es gratuito en esta vida, y ella no ha restaurado la propiedad por puro amor al arte. La verdadera razón es un hallazgo que Irwin, uno de los chicos más queridos del pueblo, acaba de hacer en el estanque de la mansión. Sandra, su amiga más querida, hizo otro hallazgo, pero en las profundidades del mar; ambos elementos son parte de una terrible maldición que ha caído sobre Lygia, que viene en su busca para lograr su libertad, y hará lo que sea necesario para lograrlo… incluso si eso la obliga a mostrar su verdadera naturaleza. El resultado será un cambio radical en las vidas de Irwin, Sandra, y también de sus dos amigos entrañables, Dennis y Deborah.

Este libro es el resultado de mucho trabajo, y espero que su calidad lo demuestre. Muchos ojos me ayudaron a revisarlo, pero tardé casi dos años en estar preparado para mostrarlo en sociedad.

La portada es fruto de la imaginación de María Galindo “Maiarcita”, una artista que encontré en Deviantart, enamorándome rápidamente de su trabajo.
Old Cap es una composición de cinco historias, que comienzan con McLelland y que espero seguir publicando muy pronto –dependiendo de la recepción de mis lectores–. Ya veremos qué pasa.

Estuve pensando seriamente en publicar una receta para la publicación en Amazon, pero decidí que no valía la pena, porque al final, mis libros llamarán la atención de los escritores, y yo quiero captar lectores, así que no voy a irme por ese lado, sino que confiaré en mi labor y espero que ustedes también.

Ya vieron la portada tan genial que logró Maiarcita, y ahora les dejo el mapa del pueblo, para que vayan abriendo boca para lo que se viene.



Agradezco todos los comentarios y criticas que puedan hacerme. Gracias a todos!!!

lunes, 5 de enero de 2015

DIY – Miniaturas con lata de cerveza (tutorial)

Esta entrada es para los aficionados a las miniaturas. Se trata de “Beer can crafts” o "soda can crafts", ese maravilloso concepto que supera al pepakura y que tanto me gusta. ¿En qué consiste? Básicamente en utilizar las latas de cerveza para hacer artesanías. Así de simple. Usaré una plantilla en PDF que construí para mi uso personal, pero que quiero compartir aquí en mi blog. Pueden descargarla en este link: 

Plantilla en PDF (Nota: las plantillas producen latas de 2,5 cm X 2 cm). 

Esto es lo que vamos a lograr al finalizar este tutorial:


En esta ocasión, vamos a construir latas de aceite en miniatura, realizadas con los siguientes materiales:

-Gráficos impresos a color (en Internet hay montones, y yo les dejo unos listos para descarga)
-Latas de cerveza o gaseosa (mejor las primeras… son más sabrosas…)
-Unos clips
-Cola o pegamento blanco (colbon) 
-Pegamento instantáneo (cianoacrilato)
-Unas buenas tijeras
-Alicates
-Un X-Acto
-Una regla metálica
-Maña, mucha maña...

Vamos con el procedimiento:

Lo primero es imprimir los gráficos a escala. En internet se encuentran de todo tipo, pero hay que recordar que cualquier lata de aceite, sea industrial, automotriz o comestible, tiene básicamente cuatro “caras”, y en todas ellas tiene algún gráfico. Las dos caras principales poseen todo el arte publicitario del producto, en tanto que las laterales tienen información sobre las características del producto, su información nutricional, etc. Por eso, mi recomendación es buscar las que incluyen fotografías de las cuatro caras y así lograr un resultado más atractivo. 

Aquí algunos ejemplos:





En mi caso, usé gráficos de distintas páginas sobre coleccionismo de latas (increíble…) y las pegué en una plantilla de caja para facilitarme las cosas. Estas son las que pienso trabajar hoy. Se trata de tres latas de aceite de oliva que necesito para otro proyecto: 




Y estas son las plantillas: 


Bien, según esto, el primer paso es imprimir. Luego recortamos en cuadrados y reservamos:


Vamos con la lata… aquí recomiendo cuidarse las manos; la lata de cerveza es agradecidísima para trabajarla, pero un descuido nos puede hacer pasar un mal rato, por eso, lo ideal es trabajar con guantes: seguridad ante todo. 

La idea es sacar las dos “tapas” de la lata y quedarnos con el cuerpo. Este queda como un rollo inmanejable, por eso hay que enderezarlo con ayuda de la mesa de trabajo. Para esto, lo tomamos firmemente con ambas manos y lo pasamos por el canto de la mesa hasta que logremos dejarlo más o menos derecho… No hace falta dejarlo como una hoja de papel, así que no se maten con esto.
Así debería quedar... 
Paso siguiente: lavar bien esta lámina de metal. 

A continuación, medimos los gráficos y pensamos en una buena distribución, porque esto depende del tamaño de la lata que usamos. Cuando sepamos cómo ponerlos, cubrimos con una capa de cola blanca y quitamos el exceso. Luego pegamos los gráficos lo más prolijo posible. 
Nos queda así:
  

Aquí vemos las plantillas pegadas en la lata.
Con las tijeras, que recuerdo deben ser de las buenas, cortamos como si se tratara de un papel . Así de simple. La única recomendación es no “cerrar” por completo la tijera en cada corte, porque cuando esto pasa, queda un mordisco en la lata que puede dañar el trabajo final y también lastimarnos los dedos. 
Si lo hacemos bien, esto es lo que obtendremos:



Ahora sigue eliminar las partes blancas del papel. Para esto usamos el X-Acto y una regla metalica. Pasamos la cuchilla y luego eliminamos el excedente. 
Queda así:
Noten que removí una cara blanca de la tapa superior.
Es lo mismo que haremos con todo lo "blanco".
Falta marcar los dobleces de las aristas. Aquí hacemos lo mismo: pasamos el X-Acto con poca fuerza y listo. 


Luego, con ayuda del alicate, doblamos cada cara y cada pestaña como si se tratara de cualquier “papercraft”. 

Se dobla como un papercraft cualquiera... 
Ahora usamos el pegamento instantáneo (cianoacrilato) y pegamos las dos caras principales de la lata. Luego pegamos las tapas superior e inferior. El paso siguiente es lograr las agarraderas, y como distintas marcas deberían usar sus propios estilos, pues yo elegí unas con clip y otras con una laminita de lata.
Esto es lo que obtenemos. Y ya vamos terminando… 

Como pueden ver, queda muy pequeña.
El tamaño final es de 2,5 cm de alto X 2 cm de ancho. 
Falta un detalle: la boquilla de la lata. Yo usé el remache de la anilla de las latas y lo afiné a punta de tijera. Usé dos colores: lata dorada de Club Colombia y plateada de Budweiser. Sin embargo, escucho ideas, porque me pareció engorroso… Este es el paso a paso: 






Este es mi resultado final: 


Y aquí en una tienda a escala que pertenece a una amiga:

Hay una más grande, porque quería algo de variedad. Para lograrla, simplemente aumenté
el tamaño de la impresión. 


Esta técnica vale para cualquier lata que se les ocurra. Yo les dejo varias para que las descarguen en un PDF, lo impriman en tamaño carta y trabajen sin problemas. Hay latas de aceite de motor, de oliva y un par de latas de aceite “SINGER” multipropósito; quedan excelentes en dioramas con aire "Vintage". Si alguien quiere la plantilla para lograr otras, pues que me envíe un correo electrónico y luego compartimos por aquí mismo. 


Espero fotos de los que intenten este proyecto!!!!

Estos son los modelos que tengo listos en el PDF que indiqué al principio del tutorial. Basta con descargar el PDF e imprimir en tamaño carta:






DIY - Mueble para acuario: Proyectos terminados

Creo que el éxito más grande que he tenido en Internet ha sido la publicación de los planos de mi mueble para acuario de 120X40, han sido centenares de descargas y miles de comentarios que hoy quiero agradecer en mi blog. 

Quiero despedir el año con tres "trofeos", es un verdadero orgullo para mí mostrarles -con permiso de ellos- los muebles que lograron gracias a mis planos. Estos tres modelos demuestran la efectividad de la idea. Una vez más, los invito a descargarlos y atreverse a construir este fácil y agradecido mueble, con gusto publicaré sus fotos aquí para animar a otros a intentarlo.

No tienen idea de lo grandioso que es saber que una idea mía ha rodado tanto en este medio y que de paso le haya sido de utilidad a mucha gente. Sea este el espacio y el momento para agradecerles a todos por leerme, por hacerme comentarios y por seguirme. 

Comenzamos con el mueble Pedro Perez (Perezpaccini), que se basó en el mueble de 51X26, ajustó los acabados con la decoración de su ambiente y le añadió un útil cajón para los instrumentos propios del acuarista. Este es un bonito ejemplo de lo que se puede hacer con esos planos: 



Detalle del cajón.
 


Pedro decidió no usar tapa, y se ve genial! 




Excelente ubicación para los circuitos y
utilidades.

Este es el de Carlos Denham Martini, amigo de Chile:





Y este el de Juan (juan.ja1989):