martes, 29 de julio de 2014

DIY - Apocalipsis zombi, juego de cartas Print & Play


Como comenté antes, en la web nos encontramos un curioso juego de cartas de zombis llamado "Apocalipsis Zombi!, desarrollado por José Carlos de Diego Guerrero. A mí me sonó raro, pero la verdad es que nunca hay suficientes zombis; mi esposa y yo esperamos cada año a la frustrante serie “The Walking Dead”, con paciencia y devoción, y terminamos de ver cada episodio llenos de adrenalina, con ganas de salir a la calle a golpear a alguien en la cabeza.

Aspecto del pdf para imprimir. 
Así que, un juego con zombis como protagonistas, fue como si nos encontráramos un anzuelo con una suculenta lombriz en ese enorme océano que es Internet. Descargamos los archivos, los analizamos un poco, y decidimos imprimirlos.

Vamos con eso. Lo primero es descargar el reglamento, leerlo y comprenderlo. Los dos primeros pasos son sencillos, pero el tercero no tanto. Aun así, no nos dejamos acobardar y decidimos seguir adelante.

Las cartas vienen en tres “paquetes”: el juego original y dos expansiones. Decidimos imprimirlos todos de una vez, esperando que nada nos hiciera falta. En este link podrán descargar todo lo necesario para jugar:


Para imprimir, usamos una buena impresora laser. No hay otro camino. Y como recurso, usamos cartulina en tamaño carta para darle más firmeza al mazo de cartas; pero luego nos encontramos con que, a pesar del grosor, las cartas se veían a trasluz, así que decidimos usar una imagen para el reverso y darles más opacidad. Elegimos una textura metálica para ambientarnos más en el universo zombi…

Así se ven impresos, por lado y lado:



Después de cortar...
Quedamos con un montón de hojas impresas. El siguiente paso fue buscar un X-Acto bien afilado y una regla metálica… ¡Y a cortar! Esta tarea requirió de media hora… y tuvimos un pequeño accidente con una de las cartas…

Carta de "Linterna".
Me dormí y la corté mal...
 
Para corregir el asunto, la única forma era reimprimir toda la hoja, y nos parecía un desperdicio, pues para ese momento ni siquiera sabíamos si el juego iba a gustarnos o no. Solucioné el asunto con cinta...

Bien, este es el mazo resultante. Queda soberbio. Y el peso de la cartulina es suficiente para barajarlas, suenan “rat-tat-tat-tat”, al mejor estilo de los naipes…

Con todo el material, solo faltaba jugar… así que le dimos otra leída al reglamento y… quedamos llenos de dudas. La partida inaugural fue el 20 de julio, después de desayunar, pero no nos fue muy bien.  ¿Solución? Escribirle a Jose Carlos para iluminarnos un poco. Sus respuestas, además de oportunas, nos recordaron que leer bien un reglamento o un manual siempre es suficiente para cualquier cosa… Y en el caso de este juego es lo mismo: con el reglamento basta, es solo cuestión de leer bien.

Así que pedimos revancha, y esto sucedió el viernes pasado, después de terminar nuestra cena. Sí no les molesta, pasaré a describir la partida inicial…

"Rat-tat-tat-tat..."
Preparados... 
Comenzamos a las 10:30 p.m. Decidimos jugar el escenario “Rescatad a Puppy”. Barajamos el mazo y repartimos cinco cartas. Las fichas para protección y salud eran piedrecillas de colores de mi fuente decorativa. Yo fui el primero en “robar”:

Cementerio (izquierda) y mazo de robo (derecha). 

1. Robé, saqué un obrero. Luego jugué al mismo obrero para devolver uno de mis zombis. Podía jugar una ayuda, pero no valía la pena. Luego me atacó la horda de zombis: Yayo u Cutre. El resultado fue que perdí un punto de protección.

2. Turno de mi mujer, ella robó, pero no reveló su carta… mujeres… el caso es que jugó a Paleto, pero no había zombi para devolver y solo pudo intercambiarme una carta… el resultado de este movimiento fue que me quitó un kit medico y me dejó a Manco. Luego fue atacada por los zombis: Pizza, Maru y Puti, perdiendo nada más ni nada menos que cuatro puntos de protección. Ella gruñó bastante…

3. Turno para mí. Robé y jugué a mi otro obrero. Con este me quité 1 zombi de encima. Luego me atacó la horda: Cutre, que me recicló a Yayo… y con una pérdida final de 1 punto de protección.

4. Turno para mi esposa. Robó y jugó la Munición. Con eso hubo un intercambio de Puti X Yayo. La horda atacó con este personal: Yayo, Maru y Pizza, con pérdida de 2 puntos de protección (se quedó sin protección y empezó a enojarse…).
Una de las jugadas... dos zombis femeninas es mal negocio. 
5. Ahí quedé yo, con un montón de zombis en mis manos. Robé y saqué a Manco… y asumimos que perdí… porque me quedé con un montón de zombis y una carta de ayuda que no valía nada. Sin embargo, al leer bien la carta de Manco, supimos que me quedaba un punto de salud, y no cero, como pensamos al principio. La horda que me atacó fue esta: Maru (1 punto), Pizza (1 punto), Yayo (0 puntos). Pero me quedaba un Manco, que según la carta “Cada uno de tus otros zombis gana +1 ataque”, y como la carta jugada también vale, entonces pensé que me quedaba sin puntos (perdía 8), porque los demás duplicaban su poder... Puede no parecer claro, pero es más fácil de lo que creen. Sin embargo, al leer bien, interpretamos la carta teniendo en cuenta la frase “Cada uno de TUS OTROS zombis…” lo que implicaba que el mismo Manco no se veía afectado, quiere decir que no valía 4 sino 2. Eso me dejó con un miserable punto de salud.

6. Jugaba mi mujer (con una gran sonrisa en el rostro). No sé que robó, a esas alturas ya no me importaba. Jugó un kit medico, que no produjo efecto alguno, y fue atacada por una débil horda: Puti, Yayo y Cutre. El resultado fue que perdió solo dos puntos…

7. Seguía yo. Sangrando, cojeando y débil como un gatito… Ya no podía guarnecerme, porque me quedaba un solo punto de salud… así que vendí cara mi piel: Jugué mi kit medico, ganando un punto de salud, a pesar de saber que no tenía salvación. Caí de rodillas, miré al cielo y grité, antes de ser atacado por una devastadora pandilla de putrefactos zombis: Yayo, Manco, Pizza y Maru… creo que la sumatoria de ataque daba 7…

Jugada que terminó matándome... notese arriba mi precario estado de salud... 
Eran las 10:55 p.m. Mi mujer sonreía triunfante, mientras que yo ya estaba enojado. Sin embargo, ella volvió a barajar… quería verme sufrir. Jugamos hasta las 2 de la mañana, partida tras partida. Algunas las gané yo, pero la mayoría de victorias fueron de ella. Por eso es que no me gustan estos juegos… soy mal perdedor.

Pero ahora vamos con el resultado final. ¿Nos gustó? Claro que sí, muchísimo, tanto que esa noche íbamos a estrenar un Jenga, pero no le prestamos atención. Es más: sigue en su caja sin desempacar. No sé cómo explicarlo, el juego es trepidante, una partida JAMAS puede parecerse a otra, algunas veces cuentas con mucha ayuda, pero en otras no tienes nada que hacer. Hubo una partida en la que mi mujer solo sacó zombis… muriendo al segundo turno y gruñendo porque, según ella, yo no había barajado bien, pero eso no importa: barajes como barajes, siempre hay más zombis de los que esperas, y las condiciones de las cartas son suficientes para matarte. La partida más larga duró unos cuarenta minutos; la más corta, menos de dos. Así de variable es la cosa…

Enigmática carta.
Solo actúa en condiciones
muy peculiares.
Nos quedó una duda: La carta VETERANO, que afortunadamente solo salió una vez en toda la noche (¿ven lo loco que es?). Esta carta reza: “Roba tantas cartas como tus zombis eliminados, y devuelve el mismo número de cartas”. No supimos interpretarla bien… porque no es rara la partida en la que no eliminas ningún zombi… Además, el Cementerio no siempre tiene zombis. Supongo que esta carta solo funciona en condiciones muy específicas.

¿Recuerdan que mencioné que una de las cartas fue dañada durante el proceso de construcción? Pues no la vimos en toda la noche... quizá sea debido a la forma como barajamos, o por las condiciones de la luna de esa noche... no lo sé. Es un enigma... 

En resumen: RECOMENDADISIMO, fácil de construir, de buen aspecto y en menos de tres partidas ya entiendes la mecánica. Y es genial para pasar el rato, nosotros solo queríamos jugar un par de partidas para empezar… y terminamos jugando hasta la madrugada.

Aquí dejo el contacto de Jose Carlos de Diego Guerrero, el “mente-enferma” creador de esta locura, salúdenlo de mi parte y vean sus juegos:


La cocina del Burro - Viernes de focaccia y queso


Este viernes tocaba celebrar por una semana tranquila y cargada de éxitos. Así que nos decidimos por una picada a nuestro estilo. El primer paso era comprarnos un pan digno de un queso brie y de un prosciutto… pero como las panaderías caleñas son más bien de “superficie”, nos fuimos a una panadería artesanal “Dulce Factoría”, de la que voy a hablar en otra entrada. Ahí nos compramos una focaccia de tomates secos y pasas ($5.000) que solo puede describirse con esta palabra: “Exquisita”. El montaje se hizo con un queso Brie “President” ($17.900) y un paquete de Prosciutto “Del Duca” ($24.900), ambos comprados en PriceSmart. El vino fue un Frontera, de Concha y Toro, el ultimo de la cava, que quedó desértica y gritando por ser recargada.


Armamos nuestra “tabla” con rebanadas de un chorizo Gran Vela picante que compro cada seis meses… es una adicción personal que nunca evito. 

También usamos un poco de queso Paipa que nos quedaba y una rebanada de provoleta… unas ricas aceitunas de Jumbo y por supuesto, el queso brie, en fetas enormes…


Este es el brie "President". Delicioso. 

Aceitunas de Jumbo, no pongo precio porque esas me las regalaron. 

Frontera, de Concha y Toro. Este es un Cabernet Sauvignon, el ultimo de mi cava. 

Esta es la focaccia de Dulce Factoría. En otra entrada hablaré sobre esta fabulosa
panadería artesanal del norte de Cali. 

Cortando lonchas de chorizo Gran Vela picante. 

Así quedó la tablita (los rollitos pequeños de prosciuto son la porción
 para Lorenzo, nuestro hijo de cuatro patas):



Y el pan quedó así:

Aquí la presento en sociedad, servida de manera informal y a punto de ser devorada... esa mancha negra que aparece en la foto de la derecha es Lorenzo, que estuvo muy interesado en el prosciutto... 


Esta no fue nuestra cena más económica, pero valió la pena. Lo único que me preocupa, es que esta semana tengo perfil lipidico…


lunes, 28 de julio de 2014

DIY - Los juegos de mesa "PRINT AND PLAY"

Como ya lo he comentado, los viernes en la noche hay cena en mi casa. Es la noche de abrir una botella y comer algo sabroso, despidiendo a la semana con todas las de la ley. Sin embargo, mi mujer y yo queríamos añadirle algo al asunto, porque la mayoría de las veces terminamos viendo películas y eso nos tiene cansados, y las alternativas eran pocas, porque casi siempre, la cena termina a eso de las diez de la noche… y a ella no le gustan los videojuegos.

¿La solución? Pues decidimos intentar con juegos de mesa. Sí, así como lo oyen. La idea surgió por dos razones, la primera es que hace un par de años vinieron mis sobrinos de Bogotá a quedarse unos días con nosotros y nos pusieron a jugar UNO, Rummi-Q, una versión barata del Tío Rico –donde el protagonista no es un pato sino una oca…- y parques. La otra razón, es que yo soy un PESIMO perdedor, y al parecer eso les pareció sumamente divertido…

La pregunta era: ¿y que jugamos? La más fácil era regresar al UNO, un juego de cartas cruel y despiadado, mala leche y 100% frustrante… pero divertido. Pensamos también en Monopoly y Jenga, al mejor estilo de Sheldon Cooper y sus amigos en “The Big Bang Theory”. Así que nos pusimos en la tarea de investigar en Internet. La sorpresa fue que nos encontramos con que un montón de locos se dedican a desarrollar juegos de mesa bajo un concepto que denominan “Print and Play”, que implica descargar unos archivos, imprimirlos, recortarlos y… a jugar…

Encontramos mucho material, pero, o eran muy confusos o casi imposibles de construir, con unos reglamentos dignos de claustro universitario. Incluso encontramos los archivos para imprimir “Settlers of Catan”, pero todavía dudamos con ese… Pero, navegando por ahí, a punto de naufragar, dimos con un hallazgo que al principio solo nos causó curiosidad; prometía una fácil construcción y un desarrollo fácil, como para novatos como nosotros. Se denomina “Apocalipsis Zombi”, un juego creado por José Carlos de Diego Guerrero y que paso a comentar en otra entrada.

Este es mi mazo de "Apocalipsis Zombi",
recién impreso y cortado. 
Por ahora, les dejo links para descargar juegos, la mayoría son gratuitos y su construcción depende de la habilidad de cada uno. Suerte!!!!

Sociedad Británica para el conocimiento: http://labsk.net/index.php, ahí encuentran un MONTÓN de juegos para imprimir. 

Board Game Geek: http://boardgamegeek.com/, si se registran, podrás descargar una enorme cantidad... es confusa, pero tiene de todo. 

Bricogames: http://bricogames.blogspot.com/, un blog donde también hay buenos juegos, de hecho, es el único lugar del que pude extraer "Settlers of Catan". Desde acá le doy ánimos al creador de este blog!!!!!!!!!!!!!!! 


miércoles, 23 de julio de 2014

De paseo - Brazzeiro, rodizio do Brasil!!!!


Antes de empezar mi comentario sobre Brazzeiro, debo empezar alardeando de mis “amplios” conocimientos en restaurantes tipo “Churrascaria” -al estilo brasilero-, y es que,  gracias a mi trabajo, me di el lujo de asistir a varias en São Paulo, Brasil. De hecho, estuve en dos de las mejores de esa gran ciudad: Ok Grill y South’s Place, ambas espectaculares, abundantes y costosas… Pero eso fue hace muuucho tiempo, por allá en el año 2008, y se convirtieron en lugares soñados a los que me gustaría regresar. Y por supuesto, convertí a estos dos restaurantes en el “el modelo a seguir” cuando de churrascarias se trata.

No sobra aclarar que el termino “rodizio” se refiere al servicio, no a la comida que sirven; esto significa que pueden existir rodizios de carne, de sushi, de postres e incluso de pizza…

El viernes pasado buscamos en Internet todas las churrascarias de Cali, y nos decidimos por Brazzeiro, no solo por la presentación de su web, sino porque el precio ($29.500) nos pareció adecuado. Llamamos para confirmar y nos dieron una explicación muy detallada del asunto. Sin embargo, decidimos ir el sábado a mediodía. Esto es una cuestión de estrategia militar. No recomiendo ir a churrascaria en la noche, porque la idea de estos lugares es comer bastante… y si te llenas de carne en la noche, la digestión no será la adecuada. Créanme, he tenido los triglicéridos en 614 y en una ocasión no se pudo leer mi colesterol debido a la “turbidez de la muestra”, así que ahora me cuido. Mucho.

Este es el flyer con el que
nos capturaron. 
El sábado desayunamos poco y a mediodía parecíamos leones enjaulados. Nos fuimos a Unicentro bajo un calor abrazador y llegamos a eso de la una de la tarde. El local queda en el sector del “Oasis” –donde está la fuente gigante esa…- y nos recibió un cazador de clientes muy amable. Elegimos una de las mesas del interior, con sillones en lugar de sillas y en un sector que nos pareció bastante fresco. Una de las meseras nos dio una breve explicación que resumo en estas palabras:
El servicio cuesta $29.500, con acceso ilimitado al buffet y con consumo ilimitado de los cortes de carne, que son catorce en total; las bebidas y postres se cobran aparte.
Sencillo, ¿no? Y así debe ser, porque la idea del rodizio es que pagas un cargo fijo y comes todo lo que se te venga en gana, de hecho, podrías comer hasta morir.

Lo primero que hicieron fue ponernos una manilla de identificación… no sea que algún facineroso se cuele en el buffet… Lo siguiente fue tomarnos el pedido, aclarar lo de las bebidas y a continuación nos entregaron un par de platos para ir al buffet.

Esta es mi manilla, que ahora conservo como trofeo... 

El buffet es… peculiar. Hay ensaladas, pasta, croquetas de yuca, papas criollas… unas bolas de pollo que no me gustaron, y realmente poco más. Debería decir que me gustaría que el buffet fuera más “amplio”, pero eso sería una tontería. Recuerdo muy bien el buffet de South’s Place, en Brasil, lleno de cosas maravillosas: langostinos del tamaño de conejos, ostras, calamares, embutidos, aceitunas de todos los colores posibles, salsas… era el cielo de un glotón, pero ahí es donde está el error: en el buffet. Si te llenas un plato gigante de cosas ricas, la carne no va a tener espacio en tu estomago. Esa es la estrategia del restaurante. Así que tenemos que usar nuestra propia estrategia: poco buffet, limitándolo a verduras digestivas. Recomiendo unos champiñones, unas zanahorias y unas habichuelas. Si encuentran rugula, no duden en llevarla. El resto de cosas… olvídenlas. No se llenen de harina… bueno, lleven unas croquetas de yuca, si no aguantan, pero esas bolas de pollo déjenlas, son fatales.

Con eso estamos preparados. La mesera “de amarillo” nos trajo las bebidas: una limonada de $3.800 y una cerveza Club Colombia de $3.900. Y la siguió Uno de los meseros “con pincho” a traernos el primer corte, un morrillo bien asado. Ahí tuvimos que aclarar que la carne nos gusta termino medio –bien sangroncita, habría dicho mi padre-, y eso de inmediato nos conectó con el mesero, pues hemos notado que ellos valoran mucho a los clientes que piden la carne como Dios manda, jugosa, nada de “bien asada”, porque eso equivale a comerse una chancla. En esas condiciones, el mesero nos dejó en segundo lugar, para dejarles los cortes más quemados a otros y servirnos los jugosos a nosotros. Así empezó la orgia, con recorridos regulares de los siguientes cortes:

1. Morrillo
2. Punta de anca
3. Lomito fino
4. Bondiola de cerdo
5. Bola negra
6. Caderita
7. Corazoncitos de pollo
8. Medallones de pollo con tocineta
9. Pollo a las finas hierbas
10. Otro morrillo que no nos explicaron
11. Costilla de cerdo en salsa BBQ
12. Lomo de cerdo
13. Ubre
14. No lo conocimos… a no ser que sea la piña…

Yo repetí muchos de los cortes, que estaban siempre disponibles, calentitos y con una presentación fabulosa. Recuerdo con muchísimo cariño la costilla, la punta de anca y la caderita. La ubre fue el único corte que tardaron en traernos, pero eso es comprensible, pues no es el más apetecido. Sin embargo valió la pena, blandita, con un fuerte sabor a queso. Por favor, si no la han probado, háganlo en este restaurante, se acordarán de mí. Cuando ya estas agotado, cuando el organismo enciende las alarmas y te dice: “Por favor, no más”, entonces es el momento de pedir la piña, que simboliza el final de la orgia de carne. Se trata de una piña que asan a la braza, cubierta de una mezcla de canela y azúcar morena. La sirven tibia, pero por alguna inexplicable razón, es refrescante a morir.

Ya me extendí más de la cuenta… siempre lo hago… Pero centrémonos en analizar el restaurante.
La ubicación: excelente, es Unicentro, en la zona nueva, con la fuente gigante. No hay fallas aquí.
El restaurante: espacioso, bien decorado, con una parrilla muy elegante. Cómodo.
La atención: Súper. Los meseros son atentos, las chicas de amarillo sirven las bebidas y están atentas de los platos. El del pincho te explica todo sobre el corte… incluso nos dio la receta de la piña para hacerla en casa -que voy a explicar a continuación-. Y a la hora de pagar, es rápido, con datafono y con encuesta. En definitiva: me encantó la atención.
El precio: me parece que $29.500 para comer lo que se te venga en gana es más que suficiente. Incluso, con clientes como yo, que parecemos animales, me pregunto como es que esto puede ser buen negocio… Las bebidas no son tan costosas, al menos no para cortarse las venas. En resumen: buenos precios.
El Buffet: Mmm… me pareció simplón, pero no lo cambiaría; la idea es ir por carne. No me imagino a un vegetariano entrando aquí…
La presentación de los platos: aquí debo aclarar que no soy muy objetivo, cualquier corte de carne me enamora. Pero poniéndole atención al asunto, la presentación es excelente, abundante y los asados son perfectos, de buen color y con carne de excelente calidad.
El sabor: de los trece cortes de carne que probamos –sigo con la duda del catorce-, solo excluiría dos: el morrillo, que me pareció algo insípido, y el pollo a las finas hierbas, al que no le encontré chiste. El resto son sublimes, deliciosos, bien asados… ¡Y la ubre! ¡Por favor, pruébenla!
Bien, eso es todo… perdón por lo largo de mi “análisis”, pero aun estoy emocionado. Mi opinión general es que es RECOMENDABLE 100%.

Y para terminar: la receta de la piña asada en casa. Según el mesero, lo mejor es hacerla a asada: se pela la piña, se cubre con una mezcla de azúcar morena y canela en polvo, y se pone alejada de las brasas. Se saca y se deja enfriar un poco. Se sirven las rebanadas que salgan cubiertas con la mezcla, lo que queda se vuelve a cubrir y regresa al asador.
Pero también se puede hacer al horno, pero con un método distinto. Lo primero es sacar las rebanadas, se cubren con la misma mezcla, se llevan a una refractaria, y se cubren con un poco de crema de leche.


Eso es todo, seguiremos a la cacería de churrascarias…